domingo, 3 de abril de 2022

III DOLOR: EL NIÑO JESÚS PERDIDO EN EL TEMPLO

 “Cuando tuvo doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse,

pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Pero

creyendo que estaría en la caravana, hicieron un día de camino, y le buscaban entre los

parientes y conocidos; pero al no encontrarle, se volvieron a Jerusalén en su busca.”

(Lc 2, 42-45)




viernes, 1 de abril de 2022

Primer Dolor: La Profecía del anciano Simeón

A una semana del Viernes de Dolores, vamos a ir meditando cada día unos de los dolores de la Santísima Virgen. 

Unamos nuestros sufrimientos cotidianos y los sufrimientos y dolores que el mundo padece, a los dolores que padeció la Santísima Virgen, pidiéndole la gracia de ser fuertes y constantes en nuestra misión de contribuir a la construcción del Reino.

Hoy meditamos el primer dolor: La profecía del anciano Simeón.




V PALABRA

 Hoy meditamos la quinta palabra de Cristo en la Cruz: 

“Tengo sed” (Jn. 19, 28)

Es importante el detalle que señala san Juan en esta palabra, "Para que se cumpliera la Escritura" (Jn 19, 28).  

Estas palabras nos recuerdan el pasaje en el que Jesús mismo pide agua a la samaritana. El agua que pide Cristo es distinta a la que le ofrecen. La sed de Jesús es la sed que vive como Redentor.  El agua que pide es la de la conversión. Jesús tiene sed de que todos reciban la vida abundante..., sed de manifestarnos al Padre..., sed de que creamos en su amor y vivamos en íntima relación con Él.




Domingo de la Divina Misericordia

   "La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario, 300) La Fiesta de la Divina...