sábado, 31 de octubre de 2020

SABATINA A NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD

El sábado es un día dedicado a la Virgen, en él conmemoramos la hora de fe de María.

El sábado, entre el viernes de la pasión y muerte, y el domingo de la resurrección, está lleno de la fe de María. Es como si toda la fe de la Iglesia se recogiese en Ella. Mientras la fe se oscurecía en todos, Ella conservó, por encima de todo, su fe firme e intacta, fue la primera fiel, la única que mantuvo encendida la llama, inmóvil en la oscuridad de la fe, fuerte en el tiempo de duda.

Era justo que la Iglesia le consagrara aquel día, que más que ningún otro recuerda la singular grandeza de su fe, la heroicidad de su esperanza y su amor indefectible por el Hijo.

Para no sacar de su sitio a María siempre hemos de colocarla y celebrarla en relación con el misterio de Cristo.

El sábado dedicado a María:

- Es el preludio e introducción a la celebración del domingo, le fiesta primordial, conmemoración semanal de la resurrección de Cristo.

- La conmemoración semanal nos recuerda que la Virgen está constantemente presente y activa en la vida de la Iglesia.

- Cada sábado unidos a la bienaventurada María en el recuerdo del gran sábado, cuando Cristo yacía en el sepulcro, esperamos la conmemoración de la celebración del domingo.

De mano de María llegamos a Cristo.

jueves, 22 de octubre de 2020

SAN JUAN PABLO II

 Hoy, 22 de octubre, la Iglesia Católica celebra la fiesta de San Juan Pablo II, el Papa peregrino, el Pontífice que viajó por el mundo entero llevando un mensaje de paz y reconciliación. Juan Pablo II, como heredero del Concilio Vaticano II, contribuyó enormemente a su asimilación desarrollando un nutrido y sólido magisterio. Puestos los pies en el suelo de la tradición de la Iglesia y el Evangelio, supo proyectarse al futuro llamando a una “Nueva Evangelización”. Fue también un defensor incansable de la vida y la familia: “el matrimonio y la familia cristiana edifican la Iglesia. Los hijos son fruto precioso del matrimonio".

Karol Jósef Wojtyla, más conocido como San Juan Pablo II, nació en Wadowice (Polonia) en 1920. Sus padres, católicos fervorosos, lo educaron en la calidez de la fe. Su juventud estuvo marcada por el ambiente desolador y trágico causado por la Segunda Guerra Mundial y la invasión nazi a Polonia. Aun así, pudo ingresar al seminario y llevar su formación de manera clandestina. Fue ordenado sacerdote en 1946 y en 1958 se convirtió en obispo auxiliar en la arquidiócesis de Cracovia. Al ser ordenado obispo Karol escogió como lema oficial la expresión latina “Totus Tuus” (todo tuyo), en honor a María Santísima y que mantuvo durante todo su pontificado. El 29 de mayo de 1967 fue nombrado cardenal, convirtiéndose en el segundo más joven de aquella época, con solo 47 años de edad.

Wojtyła participó activamente en las sesiones del Concilio Vaticano II. Fue muy importante su colaboración en las constituciones dogmáticas “Gaudium et Spes” y “Lumen Gentium”. En 1964 sería nombrado Arzobispo Metropolitano de Cracovia y posteriormente creado Cardenal por el ahora Papa San Pablo VI. Como Arzobispo fue un promotor de la pastoral para los sordomudos y ciegos, creó el “Instituto de familia” y el programa “S.O.S. Cardenal Wojtyla” para ayudar a mamás solteras en peligro de abortar.

A la muerte de Juan Pablo I en 1978, es elegido Sumo Pontífice, adoptando el nombre de “Juan Pablo II”, en honor a su predecesor. Realizó 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 al interior de ese país. Su pontificado fue el segundo más largo de la historia: 26 años, 5 meses, y 18 días (9, 666 días), de 1978 a 2005. A Juan Pablo II se le reconoce como uno de los artífices de la caída de los regímenes comunistas totalitarios de la Europa Oriental. Ejerció, en ese sentido, un liderazgo decisivo en la consecución de la paz mundial y la liberación de los pueblos de las ideologías. También fue un crítico de los excesos del sistema capitalista y un defensor de la clase trabajadora.

Lamentablemente, el Papa Juan Pablo II fue víctima de la violencia: sufrió un atentado contra su vida el 13 de mayo de 1981 (día de la Virgen de Fátima), del que salió muy mal herido aunque logró sobrevivir providencialmente. Un gran ejemplo dio al mundo cuando, ya recuperado, visitó en la cárcel al hombre que le disparó, el ciudadano turco Mehmet Ali Ağca, concediéndole el perdón.

San Juan Pablo II siempre estuvo preocupado por los jóvenes. Fue él quien impulsó las Jornadas Mundiales de la Juventud, con las que congregó a millones de jóvenes de todo el mundo. También fue el inspirador y promotor de los Encuentros Mundiales de las Familias.

El Papa peregrino partió a la Casa del Padre el 2 de abril de 2005, a los 84 años de edad. Fue beatificado por el Papa Benedicto XVI en 2011 y canonizado en abril de 2014 por el Papa Francisco. En aquella ocasión, en la homilía de la ceremonia de canonización, Francisco señaló lo siguiente: “San Juan Pablo II fue el Papa de la familia. Él mismo, una vez, dijo que así le habría gustado ser recordado, como el Papa de la familia”.



lunes, 19 de octubre de 2020

DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER EL MAMA

 Hoy, día mundial contra el cáncer de mama, le pedimos a Nuestra Madre por todas aquellas que sufren esta enfermedad, por sus familiares y por los que trabajan por la prevención y el tratamiento de la misma. También tenemos presente a todas aquellas que ya no están, que Nuestra Señora de la Soledad las acoja bajo su manto.





jueves, 15 de octubre de 2020

Santa Teresa de Jesús

Santa Teresa nació en Ávila (España) el 28 de marzo de 1515. A los 18 años ingresó al Carmelo y a los 45 años, buscando responder a las gracias extraordinarias que recibía del Señor, emprendió una reforma de su propia Orden, con ansias de auténtica renovación y fidelidad al espíritu original del Carmelo. Apoyada por San Juan de la Cruz, dio inicio a la gran reforma carmelitana.

A pesar de las incomprensiones, el rechazo de muchos, las habladurías y las falsas acusaciones -algo que la llevaría a comparecer frente a la Inquisición-, Teresa no se detuvo en el proyecto que el Señor le había encomendado. Siempre con la orientación y guía de las autoridades eclesiales y su director espiritual, Teresa fundó nuevos conventos y reorganizó la vida de las religiosas, optando por una vida más austera, sin vanidades ni lujos.


Teresa tuvo tanto un corazón apasionado como una inteligencia vivaz. Sin embargo, eso no la libró de pasar buena parte de su vida religiosa sumida en cierta mediocridad y desasosiego, acentuados por enfermedades y dolencias físicas. Dios permitió incluso que llegue a experimentar eso que los místicos llaman “la noche oscura de la fe”.

Cuando Teresa se dejó conducir por Dios a través de la oración, su interior empezó a redescubrir el primer amor a Cristo. Pasando largas horas en oración y meditación en compañía del Amado Jesús, empezó a experimentar éxtasis y arrebatos místicos. Al mismo tiempo, jamás perdió el sentido práctico ni la habilidad para atender situaciones cotidianas. Es cierto que, como la mayoría de mujeres de su tiempo, tuvo escasa educación, pero eso pareció no ser impedimento para mostrar su talento y sabiduría singulares. Tal era ese saber que venía de Dios que personajes ilustres y poderosos se rendían ante ella y le pedían consejo -empezando por algunos obispos y miembros de la nobleza-. Muchos de ellos cooperaron con recursos materiales en el financiamiento de su reforma -“el llamado dentro del llamado”-. Ella lo describe así: "Teresa sin la gracia de Dios es una pobre mujer; con la gracia de Dios, una fuerza; con la gracia de Dios y mucho dinero, una potencia".

Santa Teresa, cuyos escritos son guía segura en los caminos de la oración y de las virtudes cristianas, son una invitación a la perfección de la santidad.

Teresa de Jesús partió a la Casa del Padre el día 15 de octubre de 1582. Fue canonizada en 1622 y reconocida Doctora de la Iglesia por San Pablo VI en 1970.



lunes, 12 de octubre de 2020

Ofrenda a Nuestra Señora del Pilar

Hoy celebramos la Virgen del Pilar, y es por muchos conocida la tradición de la ofrenda floral que se lleva a cabo en Zaragoza, con la cual realiza un gran manto de flores a la imagen instalada en la Plaza del Pilar. 
Este año, ante las circunstancias en que nos encontramos, han hecho posible que la ofrenda se pueda realizar desde una plataforma virtual.

Un hermano de nuestra hermandad, ha realizado una ofrenda en nombre de la Hermandad de la Soledad poniendo bajo su manto las intenciones de todos los vecinos de nuestra localidad. Que la Virgen del Pilar bendiga y proteja a todas las familias de Villarrubia, en especial a quienes están pasando momentos de dificultad. 





Fiesta de Nuestra Señora del Pilar

 Hoy celebramos la festividad de Nuestra Señora del Pilar, patrona de la Hispanidad.

Cuenta la Tradición que el Apóstol Santiago viajó a España para predicar el Evangelio y que la Virgen María se le apareció en un pilar, mientras ella aún vivía en Tierra Santa. De allí es que surge la advocación de Nuestra Señora del Pilar que se celebra cada 12 de octubre.

Era el año 40 d.C. y Santiago, en una noche de profunda oración a orillas de río Ebro, vio a la Madre de Jesús, quien le pidió que se le edificase ahí una Iglesia con el altar en derredor al pilar.

"Este sitio permanecerá hasta el fin del mundo para que la virtud de Dios obre portentos y maravillas por mi intercesión con aquellos que imploren mi ayuda", dijo la Virgen María.

Esto se cumplió. El lugar ha sobrevivido a invasiones, la guerra civil española y la caída de bombas que no estallaron. Además, con el fomento de la devoción, se han obrado numerosos milagros.

Después de la aparición, Santiago y sus discípulos comenzaron a construir una capilla, donde estaba la columna, y le dieron el nombre de “Santa María del Pilar”. Lo que se convirtió en el primer templo del mundo dedicado a la Virgen María.

San Juan Pablo II, en 1984, reconoció a la Virgen del Pilar como “Patrona de la Hispanidad”.







sábado, 10 de octubre de 2020

Beato Carlo Acutis

Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra) donde trabajaban sus padres. Algunos meses después, sus papás Andrea Acutis y Antonia Salzano, se mudaron con él a Milán.

Siendo adolescente, a Carlo le diagnosticaron leucemia. Ofreció sus sufrimientos “por el Señor, el Papa y la Iglesia”.

Murió el 12 de octubre de 2006, día de la Vrgen del Pilar. Fue sepultado en Asís a pedido suyo, debido al gran amor que le tenía a San Francisco.

Su causa de beatificación y canonización se abrió en 2013. Fue declarado venerable en 2018 y desde hoy, 10 de octubre será declarado beato.

Desde muy pequeño Carlo mostró un especial amor a Dios. Carlo también amaba rezar el Rosario. Tras su Primera Comunión iba a Misa con frecuencia y se quedaba rezando en Hora Santa luego de la Eucaristía. Se confesaba una vez a la semana.

Le pedía a sus padres que lo llevaran en peregrinación a los lugares de los santos y a los sitios de los milagros eucarísticos.

Su testimonio de fe llevó a una profunda conversión a su madre porque, de acuerdo al sacerdote que promueve su causa, él “logró acercar a sus familiares, a sus padres a la Misa diariamente. No fue al revés, no fueron los padres los que llevaron al pequeño a Misa sino era él quien iba a Misa y que convenció a otros de recibir la Eucaristía todos los días”.

Era conocido por defender a los chicos de su escuela que sufrían bullying, especialmente niños con discapacidad. Cuando los padres de un amigo se estaban divorciando, Carlo hizo lo posible para incluirlo en la vida familiar de los Acutis.

Promovió los milagros eucarísticos, especialmente a través de un sitio web que diseñó con ese fin. Allí le decía a la gente que “mientras más frecuente sea nuestra recepción de la Eucaristía, más seremos como Jesús. Y en esta tierra podremos pregustar el Cielo”.

Cuando Carlo enfermó su vida de fe aumentó. Tenía toda la intención de ofrecer su sufrimiento por la Iglesia, el Papa y la gente enferma.




Santo Tomás de Villanueva

 Hoy celebramos Santo Tomás de Villanueva, patrón de la diócesis de Ciudad Real.

Propuesto por el emperador Carlos V, el religioso agustino Tomás de Villanueva fue nombrado por el papa Pablo III, el 10 de octubre de 1544, arzobispo de Valencia.

Había nacido en Fuenlíana, cerca de Villanueva de los Infantes, en 1486, en la actual provincia de Ciudad Real.

Cursó estudios de artes y teología en la recién fundada Universidad de Alcalá de Henares. En 1516 ingresé en la orden agustina, donde fue prior conventual, visitador géneral y prior provincial de Andalucía y Castilla. Fue eximio predicador, consejero y confesor del rey Carlos I.

A su llegada a Valencia se presentaba a sus ojos una sociedad problematizada. A pesar del esplendor económico-social que experimentaba en aquellos tiempos, al estar la Diócesis más de cien años sin gobierno pastoral directo, la situación moral, no sólo del pueblo, sino también del clero, era realmente lamentable.

Urgía por ello que hubiese en la diócesis de Valencia la atención pastoral conveniente, como clave de una verdadera reforma eclesial.

Para ello utilizó los medios que tenía a su alcance, pero siempre en plena línea evangélica. Le ayudó en esta tarea su obispo auxiliar, Juan Segriá, plenamente compenetrado con los sentimientos del Santo Arzobispo.

Dio una gran importancia a la atención que había que brindar a los sacerdotes. Y fueron la dulzura y el cariño los medios de los que se sirvió. Les orientaba para que supieran cómo tenían que actuar. Decía a los predicadores, por ejemplo, que se tenían que preparar para ejercer el ministerio con la oración y el estudio.

Sabiendo que su deber era exponer la Palabra de Dios, lo hacía adaptándose a las necesidades del pueblo cristiano, teniendo en cuenta a los sencillos y sin cultura. Utilizaba con frecuencia el lenguaje adaptado a los niños, para hacerles asequibles las verdades del Evangelio.

Destacó especialmente su atención a los moriscos. Intenté encontrar los medios adecuados para solucionar sus problemas, erigiendo varias rectorías debidamente dotadas y organizando un colegio destinado a los nuevos convertidos, aunque los progresos fueron muy escasos.

Desde el primer momento de su actuación como arzobispo de Valencia, fue consciente de que los bienes de la Iglesia no son de los pastores, sino que son simplemente sus administradores. Y como tal comenzó a comportarse.

Prestó una pródiga atención material a los eclesiásticos, a quienes socorría dadivosamente. A nivel diocesano organizó la caridad con un plan de asistencia y auxilio social permanente. Atendió a todos.

La diócesis de Valencia, tras once años de su ministerio episcopal, quedó marcada por la línea pastoral que trazó, de modo que a su muerte, acaecida el 8 de septiembre de 1586, la Diócesis quedaba organizada y en buen estado.

Desde luego, con la renovación eclesial operada con su actuación pastoral, se inauguraban los tiempos modernos de la Diócesis, que culminarían con la gestión pastoral del arzobispo San Juan de Ribera.

Fue canonizado por el papa Alejandro VII el 1 de noviembre de 1688. Su fiesta litúrgica se celebra el 10 de octubre.





miércoles, 7 de octubre de 2020

Nuestra Señora del Rosario

 El 7 de octubre se celebra a la Virgen del Rosario, advocación que nos recuerda la importancia de dirigirnos a Nuestra Madre a través del rezo del Santo Rosario. Fue la misma Madre de Dios quien nos pidió que lo recemos y lo difundamos para que, a través de esta oración, podamos obtener gracias abundantes.

En el año 1208 la Virgen María se le apareció a Santo Domingo de Guzmán, le entregó el Santo Rosario -en la forma como lo conocemos hoy- y le enseñó cómo rezarlo. Nuestra Santa Madre le encomendó entonces al santo español que se convirtiese en propagador de esta devoción. Así lo hizo Santo Domingo y el Rosario, a lo largo de los siglos, caló hondo en el alma de todos los católicos. Uno de los episodios históricos que ha sido determinante en la historia de la difusión del Rosario fue la “Batalla de Lepanto” (7 de octubre de 1571). En ella una coalición de tropas y fuerzas navales cristianas se enfrentaron a la armada del Imperio (turco) Otomano con el propósito de detener sus ambiciones expansionistas en Occidente y recuperar soberanía alrededor del Mediterráneo. Los cristianos, antes de la batalla, se encomendaron a la Virgen y rezaron el Santo Rosario. La victoria contundente que se produjo posteriormente fue atribuida a la intercesión de la Virgen.

El Papa San Pío V, en agradecimiento a la Virgen María, instituyó la fiesta de la “Virgen de las Victorias” el primer domingo de octubre y añadió el título de “Auxilio de los Cristianos” a las letanías a la Madre de Dios.

Más adelante, el Papa Gregorio XIII cambió el nombre de la Fiesta por el de “Nuestra Señora del Rosario”; y Clemente XI extendió la celebración a toda la Iglesia de Occidente. Posteriormente, San Pío X fijó la Fiesta para el 7 de octubre e inmortalizó estas palabras: “Denme un ejército que rece el Rosario y vencerá al mundo”.

Rosario significa “corona de rosas” y, tal como lo definió el propio San Pío V, “es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor".

En los albores del siglo XXI, San Juan Pablo II -quien añadió los “misterios luminosos” al rezo del Santo Rosario- escribió, en su carta apostólica “Rosarium Virginis Mariae”, que esta oración mariana “en su sencillez y profundidad, sigue siendo también en este tercer Milenio apenas iniciado una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad”. El Papa peregrino concluye aquel documento con esta hermosa oración del Beato Bartolomé Longo, Apóstol del Rosario:


Oh Rosario bendito de María, dulce cadena que nos une con Dios,

vínculo de amor que nos une a los Ángeles,

torre de salvación contra los asaltos del infierno,

puerto seguro en el común naufragio, no te dejaremos jamás.


Tú serás nuestro consuelo en la hora de la agonía.

Para ti el último beso de la vida que se apaga.


Y el último susurro de nuestros labios será tu suave nombre,

oh Reina del Rosario de Pompeya,

oh Madre nuestra querida,

oh Refugio de los pecadores,

oh Soberana consoladora de los tristes.


Que seas bendita por doquier, hoy y siempre, en la tierra y en el cielo.



domingo, 4 de octubre de 2020

SAN FRANCISCO DE ASÍS

Nació en Asís (Italia), en el año 1182. Después de una juventud disipada en diversiones, se convirtió, renunció a los bienes paternos y se entregó de lleno a Dios. Abrazó la pobreza y vivió una vida evangélica, predicando a todos el amor de Dios. Dio a sus seguidores unas sabias normas, que luego fueron aprobadas por la Santa Sede. Fundó una Orden de frailes y su primera seguidora mujer, Santa Clara que funda las Clarisas, inspirada por El.

Ciertamente no existe ningún santo que sea tan popular como él, tanto entre católicos como entre los protestantes y aun entre los no cristianos. San Francisco de Asís cautivó la imaginación de sus contemporáneos presentándoles la pobreza, la castidad y la obediencia con la pureza y fuerza de un testimonio radical. Llegó a ser conocido como el Pobre de Asís por su matrimonio con la pobreza, su amor por los pajarillos y toda la naturaleza. Todo ello refleja un alma en la que Dios lo era todo sin división, un alma que se nutría de las verdades de la fe católica y que se había entregado enteramente, no sólo a Cristo, sino a Cristo crucificado.




Séptimo Domingo de San José

 Séptimo Domingo de San José