viernes, 30 de diciembre de 2022

Fiesta de la Sagrada Familia

Hoy se celebra la fiesta de la Sagrada Familia y la Iglesia nos invita a mirar a José, María y al Niño Jesús como modelos para la vida cotidiana.

Los tres, desde un principio, tuvieron que enfrentar peligros, carencias y dificultades. No obstante, la presencia de Dios en medio de ellos fortaleció el amor del uno al otro de tal manera que salieron adelante. Como familia santa son reflejo de la Trinidad y cenáculo del amor verdadero.


Luz para las familias de hoy

La fiesta de la Sagrada Familia, que se celebra dentro de la Octava de Navidad, es una invitación a profundizar en el amor familiar, examinar la propia situación del hogar y buscar los medios adecuados para que cada integrante, papá, mamá e hijos, se asemeje cada vez más a las personas que integran la Familia de Nazaret.

La vida familiar no puede reducirse a los problemas, que brotan generalmente a causa de nuestra fragilidad. Las dificultades mal asumidas ensombrecen los valores trascendentes y terminamos dejándolos de lado. ¡Cambiemos de dirección!

Tengamos presente que la familia es signo del diálogo entre Dios y el hombre y, por lo tanto, padres e hijos deben estar abiertos a la Palabra y a la escucha, sin olvidar la importancia de la oración familiar que sella y fortalece la unión.

San Juan Pablo II -promotor de las Jornadas Mundiales de la Familia- recomendaba mucho el rezo del Santo Rosario en familia, y repetía constantemente una frase que debe ser lema y meta a la vez: “Familia que reza unida, permanece unida”.


Oración

Oh, Dios, te damos gracias porque nos permitiste participar de tu paternidad divina al darnos como don y regalo a nuestros hijos. Son tuyos y a ti te los ofrecemos. Te pedimos que nunca se aparten de ti: líbralos de todo mal, llévalos por el camino de la vida, protégelos al abrigo de tu corazón, cuídalos y consérvalos buenos, firmes en la fe y sanos en su alma y en su cuerpo. Dales luz para conocer tu proyecto de amor para ellos y la fuerza de tu Espíritu que los haga valientes para cumplirlo. Y a nosotros, concédenos ser buenos padres para que a través de nosotros ellos descubran el amor que les tienes. Que nuestra familia sea Betania donde tu corazón descanse, “iglesia doméstica” en que se alimente y cuide la vida de santidad, y semillero de vocaciones de los distintos estados de la vida cristiana. A la Sagrada Familia de Nazaret confiamos nuestro hogar: guardadnos en vuestro amor y guiadnos siempre hasta el hogar del cielo. Amén.


jueves, 29 de diciembre de 2022

Roscón Solidario

 El próximo día 5 de enero se realizará el Roscón Solidario.

Desde las 19:00 h en la Plaza de la Constitución.

Todo lo recaudado irá destinado a Adelante CLM.



miércoles, 28 de diciembre de 2022

Fiesta de los Santos Inocentes

  El día de hoy se conmemora a los Niños Inocentes que el cruel Herodes mandó matar.

Según señala el Evangelio de San Mateo, Herodes llamó a los Sumos Sacerdotes para preguntarles en qué sitio exacto iba a nacer el rey de Israel, al que habían anunciado los profetas. Ellos le contestaron: "Tiene que ser en Belén, porque así lo anunció el profeta Miqueas diciendo: "Y tú, Belén, no eres la menor entre las ciudades de Judá, porque de ti saldrá el jefe que será el pastor de mi pueblo de Israel" (Miq. 5, 1).

Entonces Herodes se propuso averiguar exactamente dónde estaba el niño, para después mandar a sus soldados a que lo mataran. Y fingiendo dijo a los Reyes Magos: - "Vayan y averiguen acerca de ese niño, cuando lo encuentren regresan y me lo informan, para ir yo también a adorarlo". Los magos se fueron a Belén guiados por la estrella que se les apareció otra vez, al salir de Jerusalén, y llenos de alegría encontraron al Divino Niño Jesús junto a la Virgen María y San José; lo adoraron y le ofrecieron sus regalos de oro, incienso y mirra. En sueños recibieron el aviso divino de que no volvieran a Jerusalén y regresaron a sus países por otros caminos, y el pérfido Herodes se quedó sin saber dónde estaba el recién nacido. Esto lo enfureció hasta el extremo, por lo que rodeó con su ejército la pequeña ciudad de Belén, y dio la orden de matar a todos los niñitos menores de dos años, en la ciudad y alrededores.

El mismo evangelista San Mateo afirmará que en ese día se cumplió lo que había avisado el profeta Jeremías: "Un griterío se oye en Ramá (cerca de Belén), es Raquel (la esposa de Israel) que llora a sus hijos, y no se quiere consolar, porque ya no existen" (Jer. 31, 15).




martes, 27 de diciembre de 2022

Festividad de San Juan Evangelista

Hoy celebramos la fiesta de San Juan Evangelista, el más joven de los doce Apóstoles y a quien nos referimos como el “discípulo amado de Jesús”, porque así fue realmente, según su propio testimonio.

Juan fue quien acogió a la Virgen María en su casa por encargo del mismo Jesús y a quien consideramos patrón de teólogos y escritores. Juan fue un judío natural de Galilea, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor, con quien trabajaba como pescador.


Al pie de la cruz

Jesús eligió a Juan para que acompañe a Pedro a preparar la Última cena. Aquella noche de Pascua previa a su Pasión y muerte, Cristo instituyó la Eucaristía estando reunido junto a los Apóstoles. Jesús empezaba sus padecimientos y Juan -dice el Evangelio- compadecido de la angustia de Jesús, reclinó la cabeza sobre el pecho del Maestro.

Fue Juan el único entre los doce que estuvo en el Calvario, al pie de la cruz, de la mano de la Virgen María. Allí Jesús le entregó a su Madre, pidiéndole al discípulo que se hiciera cargo de ella. Por eso dice la escritura: “la recibió en su casa”. Juan fue, pues, quien se quedó a cargo de María, para honrarla, servirla y cuidarla como lo hizo Jesús.


Testigo de la Resurrección

El día domingo, cuando llegó la noticia de que el sepulcro de Jesús estaba vacío, Juan salió corriendo junto a Pedro porque pensaban que se habían robado el cuerpo del Maestro. Al llegar al lugar, la tumba estaba vacía -dice el Evangelio- y entonces “vieron y creyeron”. Más adelante, cuando Jesús Resucitado se les apareció a los discípulos a orillas del mar de Galilea, Pedro preguntó sobre el futuro de Juan y el Señor le contestó: “Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme”.


Columna del Nuevo Testamento

Dice la Escritura que por aquella respuesta se corrió el rumor de que Juan no iba a morir, algo que el mismo Apóstol desmintió al indicar que el Señor nunca dijo: "No morirá".

San Juan escribió varios textos neotestamentarios: uno de los cuatro Evangelios, el libro del Apocalipsis y tres epístolas.

A diferencia del resto de los Apóstoles, que entregaron la vida en el martirio, San Juan murió pacíficamente en Éfeso hacia el año cien de la era cristiana, a los 94 años de edad, de acuerdo al testimonio de San Epifanio.




LOTERÍA DEL NIÑO

 Ya está a la venta la lotería para el sorteo del Niño

Se puede adquirir :

- Dirigiéndose a cualquier miembro de la junta directiva 

- En los establecimientos habituales 

- El día 30 de diciembre en la Sede Oratorio de la Hermandad en horario de 18:00  a 20:00 h.



domingo, 25 de diciembre de 2022

Eucaristía en honor a San Juan Evangelista


 

SOLEMNIDAD DE LA NATIVIDAD DEL SEÑOR

 Solemnidad de la Natividad del Señor

"En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba junto a Dios, y el Verbo era Dios.

Él estaba en el principio junto a Dios.

Por medio de él se hizo todo, y sin él no se hizo nada de cuanto se ha hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio d él.

No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.

El Verbo era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre, viniendo al mundo.

En el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de él, y el mundo no lo conoció.

Vino a su casa, y los suyos no lo recibieron.

Pero a cuantos lo recibieron, les dio poder de ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre.

Estos no han nacido de sangre, ni de deseo de carne,

ni de deseo de varón, sino que han nacido de Dios.

Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él y grita diciendo:

«Este es de quien dije: el que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo».

Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.

Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos ha llegado por medio de Jesucristo.

A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer." (Jn 1, 1-18)



jueves, 22 de diciembre de 2022

FELIZ NAVIDAD

"La Navidad nos trae siempre un rayo de alegría y de esperanza, porque nos ha nacido un Niño, porque Dios nos ha visitado". (Juan Pablo II)

Desde la Real, Servita y Franciscana Hermandad de la Soledad, de la Vera Cruz y de San Cristóbal, les deseamos una Feliz Navidad.

Paz y Bien.



martes, 20 de diciembre de 2022

Belén ermita de San Cristóbal

 Belén colocado en la ermita de San Cristóbal

Apertura de la ermita los días 22, 24, 25 y 31 de diciembre y 1, 5, 6, 7, 8, 14 y 15 de enero en horario de 10:30 a 18:00 h.



domingo, 18 de diciembre de 2022

Fiesta de Nuestra Señora de la Esperanza

Cada 18 de diciembre, la Iglesia celebra a la Madre de Dios bajo la advocación de la “Virgen de la Esperanza”, conocida popularmente como la “Virgen de la O”.

En ciertos lugares esta hermosa advocación mariana recibe otros nombres: “Virgen de la Dulce Espera” o “La Virgen Encinta”. Cualquiera sea el caso, los fieles devotos miran a María en esa dimensión esencial de su vida: la maternidad ejercida, los cuidados propios de la gestación, y todo lo que implica eso que llamamos el “estado de buena esperanza” o el periodo de “la dulce espera”.

Por eso, así como cada mujer con un hijo en el vientre puede encontrar en la la Madre de Dios una compañía cercana, alivio, fortaleza y esperanza, la celebración de la Virgen de la O resulta también propicia para enriquecer y profundizar en aquello que la Iglesia vive durante los días del Adviento.


Origen de la devoción

La advocación de la “Virgen de la O” tiene su origen en una antigua tradición inspirada en la Liturgia de las Horas. Entre el 17 y el 23 de diciembre, las antífonas para el cántico evangélico de Vísperas, el Magnificat, empiezan siempre con la exclamación admirativa “oh”.

En otras palabras, a María se le invoca durante esos días con exclamaciones como: “Oh, Sabiduría…; “Oh, Adonai…”; “Oh, renuevo del tronco de Jesé…”; “Oh, llave de David...”. A estas se les llama “antífonas mayores” o “antífonas de Adviento”.

La repetición constante e insistente del “oh” para introducir las menciones en honor a la Virgen dió origen al título “Virgen de la Oh”. Luego, muy probablemente, dejó de escribirse la letra “h”, siendo esta un grafema sin valor fonético. De esta forma, la advocación pasó a llamarse simplemente “Virgen de la O”.

Por otro lado, ya que desde los primeros siglos del cristianismo los fieles querían recordar y celebrar la dulce espera de María, en el año 656, durante el décimo concilio de Toledo (España), se instituyó la fiesta mariana de la “expectación del parto” o “de la espera”. Esta fue fijada para el 18 de diciembre, una semana antes de la Navidad. Así, la fiesta de la Virgen de la O terminó asociada para siempre con el tiempo litúrgico “de la espera”, el Adviento.


La espera más dulce

La experiencia radicalmente humana -y divina- de engendrar una nueva vida suele transformarlo todo. El anuncio de que un nuevo ser está por venir es siempre motivo de esperanza, o, al menos, debería serlo. Es verdad que en una “cultura” como la nuestra, con visos contrarios a la vida, la llegada al mundo de muchos seres humanos se percibe como un “problema”, que compromete libertades y sueños, cuando debería ser todo lo contrario.

¿Qué “sueño” puede ser más grande que ver a un ser humano realizar todo lo que puede ser en la vida? ¿Qué libertad puede ser mayor a la que es posible apreciar en la vida humana que empieza y que, por lo tanto, tiene todo por delante para construir su bien y el de los demás? ¿Qué derecho puede ser más significativo que aquel que se respeta?

La Virgen, como madre que es, alecciona, da ejemplo y acompaña a padres y madres en el sendero que se dirige a recibir una vida. La Virgen de la O, así, se constituye para los progenitores en símbolo de esperanza.

Contemplando a la Madre de Dios en los días previos al alumbramiento de Jesús, con muy poco, con casi todo en contra, experimentando soledad y pobreza, vemos a una mujer dispuesta a todo por su hijo.

Ella acoge la vida divina con amor y la potencia con su sacrificio en el día a día. Por eso, cualquier madre que se pone en manos de Dios, nunca será defraudada.

¡Qué gran bendición es María para las mujeres que llevan a un hijo o hija en sus vientres! Cuánta esperanza, aún con dolor, puede extraerse de su dulce espera. ¡Qué bello el privilegio de gestar o de acoger a alguien que también es hijo de Dios! ¡Cuánta alegría en la espera! ¡Qué dulzura estar encinta! ¡Qué consuelo en los momentos de dificultad!

¡Virgen de la O, ruega por todas las madres del mundo! ¡Intercede por nosotros en este Adviento!


Oración

Ruega por nosotros, Madre de la Iglesia.

Virgen del Adviento,

esperanza nuestra, de Jesús la aurora,

del cielo la puerta.

Madre de los hombres, de la mar estrella,

llévanos a Cristo, danos sus promesas.

Eres, Virgen Madre, la de gracia llena,

del Señor la esclava, del mundo la Reina.

Alza nuestros ojos, hacia tu belleza. ¡Amén!

IV Domingo de Adviento

"En este cuarto domingo de Adviento el evangelio de san Mateo narra cómo sucedió el nacimiento de Jesús situándose desde el punto de vista de san José. Él era el prometido de María, la cual «antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo» (Mt 1, 18). El Hijo de Dios, realizando una antigua profecía (cf. Is 7, 14), se hace hombre en el seno de una virgen, y ese misterio manifiesta a la vez el amor, la sabiduría y el poder de Dios a favor de la humanidad herida por el pecado. San José se presenta como hombre «justo» (Mt 1, 19), fiel a la ley de Dios, disponible a cumplir su voluntad. Por eso entra en el misterio de la Encarnación después de que un ángel del Señor, apareciéndosele en sueños, le anuncia: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María, tu mujer, porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1, 20-21). Abandonando el pensamiento de repudiar en secreto a María, la toma consigo, porque ahora sus ojos ven en ella la obra de Dios." (Benedicto XVI)




martes, 13 de diciembre de 2022

Santa Lucía

 Hoy la Iglesia celebra la fiesta de Santa Lucía de Siracusa, mártir cristiana de finales del s. III e inicios del s. IV. Murió durante la “Gran Persecución” organizada por el emperador Diocleciano. Es una santa muy popular porque se le vincula al bienestar de los ojos o a la capacidad para ver; desde la Edad Media se le conoce como la protectora o patrona de la vista.

La relación establecida entre Santa Lucía y los ojos viene de una antigua tradición según la cual, como castigo por proclamar a Cristo, sus verdugos le habrían arrancado los ojos y, aún habiendo sufrido semejante atrocidad, Dios le habría devuelto la vista.

Esposa fiel de Cristo

De acuerdo a las “Actas de Santa Lucía”, la santa nació en Siracusa, Sicilia (Italia), en el seno de una familia noble. Sus padres eran conversos al cristianismo y por eso se preocuparon por educarla en la fe. Tras la muerte de su padre, Lucía se acercó al Señor buscando consuelo y fortaleza para afrontar el dolor que la embargaba. Dios se convirtió en su protector y ella prometió, en secreto, virginidad perpetua. Eutiquia, su madre, sin saber de la decisión de su hija, la ofreció en matrimonio a un joven pagano.

Eutiquia padecía de hemorragias y Lucía, con el propósito de ganar su favor, le aconsejó que fuese a orar a la tumba de Santa Ágata de Catania para pedir su curación. Si un milagro ocurría, quizás Eutiquia accedería a liberarla del arreglo matrimonial.

Dios escuchó los ruegos de la madre y le devolvió la salud. En señal de gratitud, ella le ofreció a Lucía acceder a cualquier cosa que le pidiera. La joven rogó que no la obligue a casarse, confesándole su deseo de consagrarse a Dios y repartir la fortuna familiar entre los pobres. Eutiquia, segura de cuál era la voluntad de Dios, le otorgó el permiso a su hija.

Al enterarse, el pretendiente de Lucía se enfureció y la denunció ante el procónsul Pascasio, acusándola de ser cristiana. Eran tiempos de la persecución de Diocleciano y el procónsul la amenazó de muerte para que desistiera de su postura, pero Lucía respondió: “Es inútil que insista. Jamás podrá apartarme del amor a mi Señor Jesucristo”. Acto seguido, el procónsul, para alejarla de Dios, ordenó que sea llevada a un prostíbulo, pero ella, sin dar un paso atrás, dijo: "El cuerpo queda contaminado solamente si el alma consiente".

Los guardias romanos intentaron moverla a la fuerza hacia el prostíbulo, pero milagrosamente no pudieron. Entonces trataron de quemarla y tampoco pudieron. Por último, le sacaron los ojos y le cortaron el cuello. Aun en ese estado, en su agonía, Santa Lucía parecía seguir viendo y, mientras se desvanecía, mostraba una fuerza inusitada para exhortar a la fidelidad a Cristo.

Los ojos de Lucía

A Lucía se le suele representar con una bandeja en la mano en la que yacen los ojos que le fueron extraídos. Y es que existe un relato que difiere del anterior, en el que aparece como víctima del acoso de un pretendiente, a causa de la belleza de sus ojos. La joven, para liberarse de él, se habría sacado los ojos y se los habría enviado. Dios, en recompensa por su modestia, le habría devuelto la vista dándole otros ojos aún más bellos.

En la Edad Media, periodo en el que la devoción a Lucía se fortalece, se empezó a pedir su intercesión contra las enfermedades de los ojos y su nombre se vinculó al vocablo “Lux”, que en latín quiere decir “luz”. Esto reafirmó aquellos relatos en los que el tirano mandó a los guardias que le sacaran los ojos sin que ella perdiese la visión.

En 1894 fue descubierta una inscripción sepulcral en las catacumbas de Siracusa que llevaban el nombre de Santa Lucía, mártir del siglo IV.

"El cuerpo queda contaminado solamente si el alma consiente"

Aquella afilada respuesta de Santa Lucía de Siracusa produjo ecos importantes en la teología moral, siglos más tarde. Santo Tomás de Aquino reconoció la profundidad y fuerza moral de sus palabras: "El cuerpo queda contaminado solamente si el alma consiente". Para Santo Tomás estas corresponden con el principio moral de que no hay pecado si no hay consentimiento en el mal. Una persona puede mantenerse pura y santa si no consiente el pecado, aunque fuese forzada o violentada; no presenta mancha alguna ante Dios.


Oración a Santa Lucía


Oh Bienaventurada y amable Virgen Santa Lucía,

universalmente reconocida por el pueblo cristiano

como especial y poderosa abogada de la vista,

llenos de confianza a ti acudimos;

pidiéndote la gracia de que la nuestra se mantenga sana

y le demos el uso para la salvación de nuestra alma,

sin turbar jamás nuestra mente en espectáculos peligrosos.


Y que todo lo que ellos vean se convierta en saludable

y valioso motivo de amar cada día más a Nuestro Creador

y Redentor Jesucristo, a quien por tu intercesión,

oh protectora nuestra; esperamos ver y amar eternamente

en la patria celestial. Amén.




lunes, 12 de diciembre de 2022

Nuestra Señora de Guadalupe

 Seguimos avanzando en este camino del Adviento, y de nuevo nos encontramos la figura de María. Hoy, 12 de diciembre, celebramos a Ntra. Sra. de Guadalupe. Ella, como a Juan Diego, nos repite aquellas mismas palabras, "no se entristezca tu corazón". Nos invita a permanecer alegres, a mantener la esperanza. Ella nos trae en su vientre al Salvador, al "Dios con nosotros". 

Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a asistir a sus clases de catecismo y a oír la Santa Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó una voz que lo llamaba por su nombre.

Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: "Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo".

De regresó a su pueblo Juan Diego se encontró de nuevo con la Virgen María y le explicó lo ocurrido. La Virgen le pidió que al día siguiente fuera nuevamente a hablar con el obispo y le repitiera el mensaje. Esta vez el obispo, luego de oir a Juan Diego le dijo que debía ir y decirle a la Señora que le diese alguna señal que probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un templo.

De regreso, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa para conseguir un sacerdote a su tío pues se estaba muriendo. Al llegar al lugar por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba.

El indio avergonzado le explicó lo que ocurría. La Virgen dijo a Juan Diego que no se preocupara, que su tío no moriría y que ya estaba sano. Entonces el indio le pidió la señal que debía llevar al obispo. María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.

Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.

Pio X la proclamó como "Patrona de toda la América Latina", Pio XI de todas las "Américas", Pio XII la llamó "Emperatriz de las Américas" y Juan XXIII "La Misionera Celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las Américas".

La imagen de la Virgen de Guadalupe se venera en México con grandísima devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a la Virgen de Guadalupe son extraordinarios.





domingo, 11 de diciembre de 2022

Santa Maravilla de Jesús

Hoy celebramos la memoria de Santa Maravillas de Jesús, carmelita descalza, de quien la Hermandad posee una reliquia la cual va a los pies de Ntra. Sra. de los Dolores y Ntra. Sra. de la Soledad en nuestras estaciones de penitencia. 

María de las Maravillas de Jesús Pidal y Chico de Guzmán nació en Madrid el 4 de noviembre de 1891. Desde su infancia deseó consagrarse a Dios y dedicó su juventud a ayudar a los necesitados. Atraída por la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz, y movida por su amor a la Virgen María, ingresó en el Carmelo de El Escorial el 12 de octubre de 1919.

En 1924 fundó un monasterio de Carmelitas Descalzas en El Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península, junto al monumento del Corazón de Jesús, como lugar de oración y de inmolación por la Iglesia y por España.

Durante la persecución religiosa la Madre Maravillas brilló por su espíritu de reparación, fortaleza, serenidad y confianza en el Señor. Bajo el signo de la fidelidad a Santa Teresa fundó otros diez Carmelos recuperando lugares de tradición teresiano-sanjuanista. Priora durante largos años, enseñó a sus hermanas con el testimonio de sus virtudes y se distinguió por su vida mística, ardor apostólico y por la bondad unida a la firmeza ante quienes la tenían por verdadera madre. Murió en el Carmelo de La Aldehuela, el 11 de diciembre de 1974, expresando “¡Qué felicidad morir Carmelita!”.

Fue beatificada por vuestra Santidad el 10 de mayo de 1998.

Fue canonizada por el Papa Juan Pablo II, el domingo 4 de mayo de 2003 (tercer domingo de Pascua), durante la V visita de Su Santidad a España. La misa de canonización se realizó en la Plaza Madrid de Colón.




III Domingo de Adviento

 III Domingo de Adviento

“Adviento es un tiempo en el que, preparando el pesebre para el Niño Jesús, aprendemos de nuevo quién es nuestro Señor; un tiempo en el que salir de ciertos esquemas y prejuicios hacia Dios y los hermanos”. (Francisco I)





jueves, 8 de diciembre de 2022

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

 Cada 8 de diciembre, la Iglesia celebra el dogma de fe que nos revela que, por la gracia de Dios, la Virgen María fue preservada del pecado desde el momento de su concepción, es decir desde el instante en que María comenzó la vida humana.

El 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus, el Papa Pío IX proclamó este dogma:

"...declaramos, proclamamos y definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles...".  (Pío IX, Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854)

María es la "llena de gracia", del griego "kecharitomene" que significa una particular abundancia de gracia, es un estado sobrenatural en el que el alma está unida con el mismo Dios. María como la Mujer esperada en el Protoevangelio (Gn. 3, 15) se mantiene en enemistad con la serpiente porque es llena de gracia.

Las devociones a la Inmaculada Virgen María son numerosas, y entre sus devotos destacan santos como San Francisco de Asís y San Agustín. Además la devoción a la Concepción Inmaculada de María fue llevada a toda la Iglesia de Occidente por el Papa Sixto IV, en 1483.

El camino para la definición dogmática de la Concepción Inmaculada de María fue trazado por el franciscano Duns Scotto. Se dice que al encontrarse frente a una estatua de la Virgen María hizo esta petición: "Dignare me laudare te: Virgo Sacrata" (Oh Virgen sacrosanta dadme las palabras propias para hablar bien de Ti).

Y luego el franciscano hizo estos cuestionamientos:

1. ¿A Dios le convenía que su Madre naciera sin mancha del pecado original? 

Sí, a Dios le convenía que su Madre naciera sin ninguna mancha. Esto es lo más honroso, para Él.

2. ¿Dios podía hacer que su Madre naciera sin mancha de pecado original?

Sí, Dios lo puede todo, y por tanto podía hacer que su Madre naciera sin mancha: Inmaculada.

3. ¿Lo que a Dios le conviene hacer lo hace? ¿O no lo hace? 

Todos respondieron: Lo que a Dios le conviene hacer, lo que Dios ve que es mejor hacerlo, lo hace.

Entonces Scotto exclamó:

Luego

1. Para Dios era mejor que su Madre fuera Inmaculada: o sea sin mancha del pecado original.

2. Dios podía hacer que su Madre naciera Inmaculada: sin mancha

3. Por lo tanto: Dios hizo que María naciera sin mancha del pecado original. Porque Dios cuando sabe que algo es mejor hacerlo, lo hace.

La Virgen María es Inmaculada gracias a Cristo su hijo, puesto que Él iba a nacer de su seno es que Dios la hizo Inmaculada para que tenga un vientre puro donde encarnarse. Ahí se demuestra cómo Jesús es Salvador en la guarda de Dios con María y la omnipotencia del Padre se revela como la causa de este don. Así, María nunca se inclinó ante las concupiscencias y su grandeza demuestra que como ser humano era libre pero nunca ofendió a Dios y así no perdió la enorme gracia que Él le otorgó.

La Inmaculada Virgen María nos muestra la necesidad de tener un corazón puro para que el Señor Jesús pueda vivir en nuestro interior y de ahí naciese la Salvación. Y consagrarnos a ella nos lleva a que nuestra plegaria sea el medio por el cual se nos revele Jesucristo plenamente y nos lleve al camino por el cual seremos colmados por el Espíritu Santo.





Domingo de la Divina Misericordia

   "La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia" (Diario, 300) La Fiesta de la Divina...